top of page

Encuestas Congresales: Problemas, problemas y más problemas

  • Foto del escritor: Mauricio Torres Calle y Laura Espinoza
    Mauricio Torres Calle y Laura Espinoza
  • 8 abr 2021
  • 6 Min. de lectura

A puertas de las Elecciones Generales 2021, las encuestas de intención de voto traducen la indecisión de los electores en cifras que anticipan un destino ya conocido, un Congreso fragmentado. La imagen de Montesinos describiendo cómo las encuestadoras habían pasado también por la salita del SIN ha quedado marcada en el imaginario de los peruanos, y las dudas sobre su legitimidad crecen en la medida en que se desconoce si son un reflejo de la realidad o si la condicionan.


Foto: Difusión.

La cruda realidad que enfrentamos al conocer los resultados de las elecciones congresales del 2020, luego de que el ex presidente Martin Vizcarra decidiera disolver el Congreso a finales de septiembre del 2019 por una “negación fáctica” de la confianza - que en la práctica si habría sido otorgada por el parlamento - generó un gran desconcierto en la ciudadanía, pues los resultados de las encuestas de intención de voto y de simulacros a nivel nacional, difundidos semanas previas a la elección, sólo reflejaron parte de lo que luego sería la distribución de curules en el Legislativo.




Esta ausencia de información precisa permitió a partidos como el FREPAP y Unión por el Perú, que no se encontraban entre los primeros lugares de encuestas y simulacros, inmiscuirse en la elección congresal y obtener bancadas con una cuota de poder igual o mayor a la de organizaciones que se ubicaban entre los primeros puestos, como es el caso de Fuerza Popular, el Partido Morado, Somos Perú, el Partido Aprista Peruano e incluso el Frente Amplio.



El analista y ex jefe de la ONPE, Fernando Tuesta, explica que los fenómenos como el del FREPAP suceden porque “se trata de agrupaciones políticas que han tenido vigencia desde hace mucho tiempo, que han realizado un trabajo importante con gente de la selva, de los Andes y urbano popular, ya que es un partido convencional”. Esto ha hecho que tanto su nombre como su logo sean conocidos por una gran parte del país, conservando así la lealtad de la población en zonas rurales que le permitiría tener un espacio en las próximas elecciones.


Foto: Andina


Encuestas y elecciones congresales


En casos como la elección presidencial del 2016 las encuestas permitieron previsualizar con claridad que Keiko Fujimori, Pedro Pablo Kuczynski y Verónika Mendoza eran quienes lideraban la intención de voto, y por tanto, que dos de ellos serían los protagonistas de la segunda vuelta. Sin embargo, este mecanismo no ha sido igual de efectivo en las elecciones de carácter congresal, como ha quedado demostrado con el caso del FREPAP y Unión por el Perú, por las complejidades que implica la elección de congresistas por cada región y, de acuerdo con el ex Jefe de Estudios de Opinión del IEP, Hernán Chaparro, por la falta de “financiamiento para hacer algo mejor”, haciendo referencia al tema de la “cobertura muestral que pueden financiar los medios”.


Esta falta de financiamiento para ampliar la cobertura muestral regional, según la Jefa de Estudios de Opinión del IEP, Patricia Zárate, hizo que esta institución no realizara más encuestas porque “se corría el riesgo de dar información errónea” pues, como señala el actual presidente de Ipsos, Alfredo Torres, la muestra que se tiene, “al ser nacional, representa bien la elección presidencial, pero no la regional”.


Para entender qué tan complejo puede resultar anticipar los resultados de la eventual distribución de curules en el Congreso, veamos la siguiente infografía:

Por otra parte, de acuerdo con Alfredo Torres, un factor que impide la anticipación de los posibles resultados congresales es, según el reciente simulacro de Ipsos, que “en el caso de la votación para el Congreso, tenemos 36% de voto blanco o nulo” lo cual genera que un partido que “tiene 3% de votos emitidos, [...] salta a tener 5 o 6% de votos válidos”.


Esta descripción del funcionamiento del voto congresal, sumada al factor económico que describen Chaparro y Zárate, deja a la muestra de las encuestas de intención de voto para el congreso, de entre 1200 y 1300 casos a nivel nacional, con una capacidad minúscula para anticipar, aún en fechas muy cercanas a la elección, lo que podrían ser eventualmente las bancadas de cada partido político en el Congreso.


En ese sentido, tanto Torres como Chaparro coincidieron en que para conocer datos más precisos sobre la campaña congresal, se tendría que incrementar la muestra por región, en la opinión de Torres, con un mínimo de 400 casos, y en la de Chaparro, con un “mínimo de 600, ideal 800”, lo que nos dejaría con un aproximado de entre 10 800 casos según lo propuesto por Torres, y 21 600 de acuerdo con el ideal planteado por Chaparro. En cualquiera de los casos, una cifra que se encuentra 9 veces por encima del número actual de encuestados.


Esta situación genera una grave problemática pues las encuestas congresales basadas en poco más de 1200 casos a nivel nacional, continúan siendo realizadas por las encuestadoras y difundidas por los medios de comunicación que las contratan, muchas veces sin una explicación detallada de lo que estas significan. Esto podría ocasionar que se termine confundiendo, o incluso desinformando, a la ciudadanía que observa expectante y poco analítica, los resultados de las mismas realizadas por entidades con trayectoria y prestigio, como es el caso del IEP e Ipsos.

Foto: Andina


Ante el planteamiento de esta problemática, Alfredo Torres indicó que “las encuestas son para los analistas, que tienen que interpretarlas, y sirven básicamente para gente informada”, ignorando tal vez que en la realidad aquellos que tienen la capacidad de profundizar en lo que significan estas encuestas, o que están interesados en hacerlo, no representan un porcentaje muy elevado de la población. Sin embargo, estas personas podrán tener acceso a esta información a través de redes sociales, creando falsas expectativas de lo que podría llegar a suceder. En este sentido, Torres culmina indicando que en todo caso “siempre es mejor tener más información que tener menos información”, pues “la ausencia de información nos lleva a dejar el espacio libre a las Fake News”.



Voto a ganador


La aparición de los candidatos en diversos medios de comunicación, así como en redes sociales, muchas veces contribuye a elevar su popularidad, haciéndolos cada vez más conocidos y aumentando su porcentaje de intención de voto en las encuestas. Un ejemplo claro es el caso del candidato a la presidencia por Renovación Popular, Rafael López Aliaga, quien constantemente difunde supuestas encuestas que lo colocan entre los primeros lugares, fomentando su propio crecimiento en los últimos meses y dejando entrever que estas podrían ser un factor diferencial que beneficie al candidato.


“Esto responde a la creencia de que con eso van a convencer a sus electores”, señala Alfredo Torres. “Aunque en realidad lo que lo ha ayudado a subir es que tenía entrevistas diarias en un canal de televisión, en Willax, además de sus propias propuestas extremas que han hecho que el resto de la prensa también cubra sus intervenciones y eso le da visibilidad”, agrega. “No creo que hayan sido estas encuestas falsas con firmas desconocidas”, finaliza.



El periodista y analista político, Pedro Tenorio, indica por otra parte, que “es interesante ver cómo las encuestas son influenciadas por lo que hacen o dicen los candidatos, por los aciertos o los desaciertos, cómo unos suben y al día siguiente, por decir o hacer algo, bajan”. Para Tuesta, este cambio corresponde al factor tiempo, que se explica por la anticipación de 8 meses con los que se empiezan a realizar estas encuestas, pues lo que se quiere ver es la tendencia y cómo ciertos factores hacen que el voto cambie en cierto periodo de tiempo.


Este frecuente cambio en los resultados de las encuestas a través del tiempo, no es algo que deba sorprender debido a la cantidad de votantes indecisos que hay en el país. Sin embargo, algo que sí podría preocupar es que la ciudadanía que no está correctamente informada sobre los alcances de las encuestas congresales pueda verse influenciada por los resultados de las mismas y, de acuerdo con Fernando Tuesta, por el pensamiento de que “si mi candidato no va a ganar, voto por alguien que sea parecido o cercano”. Esto responde a la idea popular de que un voto por un partido que no está entre los primeros lugares, es un voto desperdiciado.


Si bien la idea de que las encuestas puedan tener cierto impacto en la decisión de los electores no es descartada por Chaparro, este aclara que se les debe aplicar “toda la relatividad que se le aplica en general a los efectos de la comunicación”, pues la influencia que puedan tener será muy diversa y dependerá del sesgo que tenga el individuo por un candidato o partido político.

Comments


Logo_edited.png
  • Gris Facebook Icono
  • Gris Icono de Instagram

© 2021 by Actualiza2

bottom of page