3 curiosidades de la obra maestra de Francis Ford Coppola, El Padrino, en su cumpleaños número 82
- Isabella Jugo
- 7 abr 2021
- 4 Min. de lectura
Hoy, 7 de abril, Francis Ford Coppola, legendario director, guionista y productor de cine, cumple 82 años de vida. Por este motivo, hoy recordamos El Padrino, su obra maestra.

Durante 1971 y 1972, la vida de Francis Ford Coppola dio un giro de 180 grados. El Padrino terminó un rodaje de 52 días para volverse en la película más taquillera de la época. El filme relata la historia de la familia Corleone, donde Michael (Al Pacino), el heredero del imperio familiar, busca encontrar a su sucesor, quien se haría cargo de los negocios de su padre, Vito Corleone (Marlon Brando).
Después de su estreno en el 15 de marzo de 1972, el éxito de El Padrino y sus dos secuelas posteriores fue -y continúa siendo- inmenso. La primera entrega arrasó en los Premios de la Academia, donde triunfó en tres categorías incluyendo Mejor Película y Mejor Guión Adaptado para Francis Ford Coppola y Mario Puzo, el guionista de la película. Además, El Padrino II se convirtió en la primera y única secuela en la historia en ganar un Oscar a Mejor Película.

Es complicado encontrar a alguien que no conozca el avasallador éxito de este filme, el cual es considerado como uno de los mejores de todos los tiempos. Sin embargo, muy pocos conocen el complicado camino que recorrió Francis Ford Coppola para que su obra maestra saliera a la luz aquel 1972. Por este motivo, hoy celebramos su cumpleaños compartiendo tres datos curiosos sobre la producción de la película y la experiencia de su director al realizarla.
Las tres reglas de Paramount Pictures para Francis Ford Coppola
Paramount Pictures dudó mucho la decisión de contratar a Francis Ford Coppola como el director de la película. Por este motivo, buscando evitar un posible arrepentimiento, le impusieron al director tres reglas para su permanencia en el proyecto. La primera fue empezar la filmación con el guión ya terminado, el cual contó con 160 páginas, 40 más de las que tiene un guión cinematográfico habitualmente. También se le pidió trabajar únicamente con equipo y actores de total confianza recomendados por el estudio. Por otro lado, se le exigió que el rodaje siga al pie de la letra el guión y que no efectúe ningún cambio sin conocimiento de la productora, además de apegarse al reducido presupuesto que habían establecido.
Francis Ford Coppola posteriormente afirmó que no pudo cumplir ninguna de las reglas establecidas. El estudio y él se encontraban constantemente en distintos altercados, por lo que contaban con directores de reemplazo dispuestos a aceptar el puesto de Coppola en la puerta del set durante la filmación y la opción de su despido se puso en la mesa más de una vez por el equipo de Paramount.

Marlon Brando no iba a ser El Padrino
Debido a los escándalos y caprichos en sets de filmación por los que era conocido, Marlon Brando se había convertido en una personalidad no admitida en algunos de los estudios más grandes de Hollywood. Por este motivo, Coppola le escondió a Paramount la decisión de que Brando interprete a Vito Corleone, el patriarca de la familia. El estudio se negó rotundamente a esta decisión al momento de enterarse de ella. Sin embargo, al final accedieron a considerarlo con la condición de que cumpla con tres reglas. Una de ellas fue que Marlon Brando realice algo que, como icono del cine, ya no estaba acostumbrado a hacer: una audición.
El equipo lo visitó para realizar una prueba de cámara en su propia casa, donde él los recibió con el cabello estirado y aplanado para atrás con betún. Además, se había puesto algodones dentro de las mejillas para generar esa expresión facial que caracterizó al personaje desde la primera escena del filme. Se adentró en el personaje de Vito Corleone, improvisó el tono de su voz y sus movimientos con las manos al momento de hablar. Cabe resaltar que todas esas características -creadas por Brando- permanecieron en el personaje. La producción quedó fascinada con su interpretación, pero no fue tan sencillo incluirlo en el proyecto.
Paramount Pictures hizo que Coppola y Brando se comprometan a cumplir dos reglas más para que él permaneciera en la película. Marlon Brando tenía que estar dispuesto a trabajar por el salario mínimo, lo que él aceptó. Además, Coppola tuvo que acceder a la condición de que cualquier retraso en el rodaje sería cubierto directamente por su propio bolsillo. Todo valió la pena, ya que, hoy en día, es prácticamente imposible imaginar la familia Corleone sin la mítica interpretación del actor.

El reducido presupuesto de la película
Paramount Pictures tuvo dudas sobre el presupuesto que invertirían en el filme desde el inicio de la producción. La contratación de Albert S. Ruddy como productor fue, en lo principal, porque era conocido por su experiencia sacando adelante proyectos sin exceder el presupuesto. La contratación de Francis Ford Coppola también se dio porque, a pesar de que al estudio no le fascinaba su trabajo, era un director desconocido y no muy costoso. Paramount, de todas formas, replanteó múltiples veces la decisión de trabajar con él, ya que sus anteriores proyectos habían fracasado.
El presupuesto de la película inició siendo de 2.5 millones de dólares. Sin embargo, desde un inicio, Coppola luchó para que este aumentara y, gracias a la creciente popularidad de la novela en la que el filme está inspirado, pudo lograrlo. Paramount, debido a sus previos fracasos, continuaba buscando reducir presupuestos, por lo que propuso ambientar la película en un periódo más contemporáneo y filmarla en Kansas City, ya que el costo de grabación en Nueva York era muy elevado. Sin embargo, Coppola se opuso rotundamente a esta decisión y estableció que la historia sería filmada en los periodos de 1940 y 1950, como se mostró en la historia original.
El aumento de costos continuaba y se había llegado a gastar 40.000 dólares por día de filmación, debido a las constantes pruebas de cámara que realizaba Coppola sin aún tener un elenco confirmado. Por este motivo, Paramount envió a su vicepresidente, Jack Ballard, a supervisar toda la filmación y los costos extra que Coppola iba ejerciendo. Esto generó gran presión en el director y múltiples miembros del equipo de producción conspiraban para despedirlo. El apoyo de Robert Evans, ejecutivo del estudio, fue esencial, ya que él confiaba plenamente en su trabajo. Además, Marlon Brando amenazaba constantemente con renunciar al proyecto si Coppola era despedido.

Gracias a la determinación que Francis Ford Coppola, a pesar de las adversidades, puso en realizar este extraordinario proyecto, todos pudimos ser espectadores de esta obra maestra. El Padrino quedará en la historia como un filme que cambió el rumbo del cine para siempre.
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